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Con una inversión de US$40 millones y la creación de 200 puestos de trabajo, esta iniciativa reafirma el compromiso de Coca-Cola Andina con el desarrollo sostenible de los países donde está presente y el cuidado del medio ambiente.

Esta instalación -que ya se encuentra operando- es amigable con el medio ambiente, ya que cuenta con tecnología LED de bajo consumo, el 100% del agua utilizada en el proceso productivo será tratada y utilizada para el riego de predios agrícolas y dada su ubicación en el territorio, permitirá reducir más de 4 millones de kilómetros al año, disminuyendo la huella de carbono en más de 4.500 toneladas.

La planta cuenta con una línea de envases retornables, que son 100% circulares y más convenientes económicamente para los consumidores. Esta línea, una de las más grandes y rápidas de Sudamérica, cuenta con tecnología de última generación para la producción de envases retornables PET de 2 y 2.5 litros y de botellas de vidrio de 1.25 litros.

Miguel Ángel Peirano, Vicepresidente Ejecutivo de Coca-Cola Andina comentó que “a partir de esta inauguración, queremos reflejar el compromiso de Coca-Cola Andina Argentina y el Sistema Coca-Cola con la inversión y el desarrollo sostenible en el país. Esperamos que esta nueva operación en Mendoza fortalezca la industria local”.

Enrique Pérez Estévez, Gerente de Asuntos Públicos y Comunicación en Coca-Cola Andina Argentina explicó que el recorrido de los envases funciona mediante un sistema de “Logística Inversa”. Los camiones de distribución que llevan las botellas llenas son los mismos que vuelven con los envases vacíos a la fábrica. Para poder ser reutilizados, los envases PET cuentan con un diseño homogéneo llamado Botella Universal, una iniciativa que comenzó en Argentina y hoy es producida por toda América Latina